Existía un joven que ya no podía más con sus abundantes problemas, lo agobiaban, lo hacían sentir mal tanto física como mental y espiritualmente, entonces cayó deprimido, se arrodillo para rezar, entonces dijo: "Señor, ya no puedo seguir, mi cruz es demasiado pesada".Entonces el señor acudió a su llamo y le dijo: "Hijo mio, sino puedes llevar el peso de tu cruz, guárdala dentro de esa habitación; después te pido que abras esa otra puerta y escoge la cruz que tu quieras".
El joven se emocionó muchísimo al escuchar aquellas palabras y se llenó de esperanza y un sentimiento de alivio se apoderó de él y exclamó emocionado y agradecido: "¡Gracias, Señor!", y procedió a hacer lo que le dijo, al entrar a la habitación, notó que había muchísimas cruces, algunas tan grandes que no podía ver su cima (la parte más alta), después de buscar, encontró una pequeña, esta se encontraba recargada en la pared.
Emocionado le dijo: "Señor, quiero esa que está recargada en aquella pared", entonces sorprendido le contesta: "Pero, Hijo Mio, esa el la cruz que acababas de dejar".
Cuando los problemas de la vida nos parecen abrumadores, siempre resulta útil observar nuestro entorno, mirar a nuestro alrededor y ver las cosas con las que los demás se enfrentan y seguramente notarás que debes sentirte más afortunado de lo que te imaginas. Carga Con Tu Cruz, cualquiera que sea su tamaño, cualquiera que sea tu dolor, siempre brillará el sol después de la lluvia.
Espero que les haya gustado este mensaje, cuidence mucho y que vivan felices.
No hay comentarios:
Publicar un comentario